
Recuerdo, que uno de mis jefes de Itete le ofreció trabajo en Itete, él le respondió que gracias y que le pasaría la voz, al retirarse el jefe, le dije que aprovechara, también le pregunté por qué no acepto la propuesta, él me respondió: Que no se podía rebajar, que después de trabajar en Telefónica no podía bajar de nivel y trabajar en una contrata de esta. Le dije: pero si tienes hijos, él me increpó que yo era muy chibolo y todavía no podía entenderlo.
Han pasado 14 años, tengo dos hijas, he acertado, me equivocado y he visto muchas cosas, pero hasta el día de hoy, no comprendo aquella actitud. Si hoy estuviese sin trabajo, trabajaría de lo que sea siempre y cuando sea algo honrado, con tal de que mis hijas estén bien, eso sí, hasta encontrar o hacer algo mejor.
Lo curioso de esto, es que pasado varios años de aquel momento, volví a ver a esta persona, y adivinen… él estaba trabajando en Itete. Lo saludé y sentí en su mirada cierta congoja, ya no le dije nada, todo quedo en mi mente, y ahora en estas líneas.